De todos es sabido que los niños de todos los tiempos y de todos los lugares del mundo, cuando duermen y sueñan, a veces tienen pesadillas; esos malos sueños, que no les dejan dormir, les hacen despertarse muy asustados, llorando y llamando a gritos a su mama, para que les ayude a pasar el susto.
Y es cierto cuando se abre la puerta y se enciende la luz, las pesadillas desaparecen.
¿DESAPARECEN? ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Se escapan, se escabullen por las rendijas, por las cerraduras, por cualquier agujero, salen de los cuartos de los niños, escapan de las casas, suben por las paredes hasta los tejados y saltan de edificio en edificio.
Y podría ser terrorífico que las pesadillas vagaran sueltas por entre las calles la noche, si no fuera porque, ellos, los “Atrapasueños” que vigilan, sin descanso, las calles por la noche, mientras los niños duermen, no dejan una pesadilla suelta.
La atrapan con gran maestría y la inmovilizan, encerrándola en cajas de alta seguridad. Cuando termina la noche, los “Atrapapesadillas” cargan con todos los malos sueños y los transportan a un gran almacén.
Aquí es donde se custodian las pesadillas de todos los niños del mundo y de todos los tiempos. Miles y miles de cajas registradas y clasificadas. Noche tras noche, nunca dejan de llegar cajas de pesadillas.
El Gran Almacén tiene un serio problema, está desbordado, saturado, no cabe ni una caja más; esto provoca incidentes que ponen en peligro la seguridad del almacén.
¿Encontraran la manera de deshacerse por completo de las pesadillas?
Compañía – La Tartana Teatro