En un rincón perdido del mar vivía feliz un banco de pececillos.
Eran todos rojos. Solo uno de ellos era tan negro como la concha de un mejillón.
Nadaba más rápido que sus hermanos y hermanas. Se llamaba Nadarín…
La unión hace la fuerza y el pez chico no siempre ha de temer al grande. Un clásico para abordar la superación de los miedos y el valor de la diversidad.
Autor – Leo Lionni
Editorial – Kalandraka
Número de páginas – 36
Encuadernación – Tapa dura
ISBN – 978-84-96388-60-4
Recomendado – A partir de 5 años
Precio – 14,25€
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Reseña de Nadarín
Hoy volvemos al fondo del mar para encontrarnos con un pez muy especial, tanto por su color, como por su valentía. Su nombre es Nadarín. Un día cualquiera, Nadarín, un veloz pececillo de color negro muy diferente al resto de sus hermanos y hermanas que eran de color rojo, nadaban alegremente cuando de repente apareció un atún que muy hambriento logró comerse a todos los pececillos rojos. Nadarín consiguió salvarse y muy triste y asustado nadó y nadó velozmente para alejarse de allí. Una vez algo más calmado se fue dando cuenta, asombrado, de las maravillas que encontraba a su paso. Vio un grupo de pececillos iguales que él y muy alegremente quiso jugar con ellos pero lamentablemente no quisieron porque tenían miedo de que apareciera el gran pez y se los comiera a todos. Nadarín se puso a pensar y a pensar en una solución y se le ocurrió que si todos nadaban muy juntos, apretados y al vez, parecerían un pez enorme y podrían enfrentarse al pez gigante.Y así lo hicieron. Nadando y practicando todos juntos consiguieron enfrentarse al problema y ahuyentar al pez enemigo. Como vemos, en el cuento de Nadarín nos encontramos con valores como el respeto de las diferencias, la superación del miedo, la solidaridad y la cooperación. Un fantástico cuento de la editorial Kalandraka que junto a su gran calidad estética nos hace viajar a las más bellas profundidades dejándonos un magnífico mensaje, la unión hace la fuerza. Gracias Nadarín!
Sobre el autor/a
Leo Lionni
(Amsterdam, Holanda, 1910 – Toscana, Italia, 1999) Leo Lionni creció en un ambiente artístico -su madre fue cantante de ópera, y su tío Piet, un gran aficionado a la pintura- y desde muy joven supo que ese sería su destino. En cambio, su formación no fue artística, ya que se doctoró en Economía. En 1931 se instaló en Milán y entró en contacto con el diseño gráfico. Cuando se trasladó a América en 1939, trabajó en una agencia de publicidad de Filadelfia, en la Corporación Olivetti y en la revista Fortune. También creció su fama como artista y sus cuadros se exhibían en las mejores galerías, desde Estados Unidos a Japón. Como él mismo llegó a decir: «De algún modo, en algún lugar, el arte expresa siempre los sentimientos de la infancia». Su primer libro para niños no llegó hasta 1959 y surgió casi por casualidad: durante un viaje en tren se le ocurrió entretener a sus nietos con un cuento hecho a base de trozos de papel de seda. Así nació “Pequeño Azul y Pequeño Amarillo”, al que siguieron más de 40 obras aclamadas en todo el mundo por la crítica especializada. Por sus méritos como escultor, diseñador, pintor e ilustrador, recibió en 1984 la Medalla de Oro del Instituto Americano de Artes Gráficas.
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